Fallecimiento de nuestro Hermano Néstor Quiceno Escobar (fundador de REMAR)


El Superior Provincial y la Comunidad de Ibagué
les comunican el fallecimiento de nuestro Hermano
Néstor Quiceno Escobar




Acaecida en Ibagué el día 8 de julio de 2008
A los 73 años de edad y 54 de Profesión Religiosa

El Hermano Néstor Quiceno Escobar nació en Santa Rosa de Cabal el 24-02-1935.
Ingresó al juniorado de Buga el 20-08-1947.
Postulantado y Noviciado en Yanaconas de 1951 a 1954.
Primera Profesión Religiosa en Yanaconas el 15 de agosto de 1954.
Profesión Perpetua en Popayán el 26-07-1958.
Voto de Estabilidad en Cali el 15-08-1985.

Su actividad apostólica la desarrolló:
Colegios Champagnat en Popayán e Ibagué: 11 años
En casas de formación: 10 años. Pastoral Juvenil: REMAR, 10 años.
Misionero en Ruanda, 3 años.
Superior Provincial: 6 años

Hermano: “No perdiste a nadie…
El que murió, simplemte se nos adelantó…
Lo mejor de él, el amor, sigue en nuestro corazón” (Facundo Cabal)

LOGO DE LOS 30 AÑOS REMAR

XXII FESTIVAL MARISTA

El próximo fin de semana (18, 19 y 20 de Abril) se realizará en el Colegio Hno. Ildefonso Gutiérrez el XXII Festival Marista.
Estamos todos invitados. Ven a celebrar con nosotros el orgullo de ser MARISTAS.
"MARISTA CON ESPÍRITU;
FUENTE DE VIDA"

CAMINO PASCUAL 2008


(Colegio Chiquinquirá-Maracaibo, 16-18 de Marzo de 2008)


Durante los días 16, 17 y 18 del mes de marzo, hemos celebrado la Experiencia de Puerto “CAMINO PASCUAL”. A esta experiencia asisten los remeros que se encuentran en travesía amarilla, último año de la Primera Etapa de Remar.

Durante estos tres días hemos celebrado una “experiencia pascual” fuerte, intensa y profunda (aunque no es una Pascua). Asistimos 110 personas entre remeros/as, Timoneles, invitados y Equipo, de todos los colegios y obras maristas de Venezuela.

El primer día en la tarde, después de que todos nos hubimos acomodado, comenzamos presentando los objetivos que se querían lograr en esta experiencia, las normas para que todo saliera de la mejor forma posible y una primera “catequesis” sobre el sentido de lo que íbamos a vivir.

En la noche vivimos la “Celebración de las Tinieblas y la Luz”. Se nos hizo caer en la cuenta de que muchas veces somos tierra árida, que no produce frutos. Nos proponemos compromisos que fácilmente olvidamos. Nuestras palabras no se corresponden con nuestros comportamientos. Muchas veces “apedreamos la cruz” de Jesús, le damos la espalda… olvidando lo que un día nos propusimos. Pero también pudimos experimentar que Jesús, a pesar de nuestras indiferencias, a pesar de nuestra falta de compromiso, a pesar de nuestras debilidades, a pesar de… no quiere como somos, nos perdona y nos anima a cambiar de vida. Experimentamos que Jesús es el único que puede iluminar nuestras oscuridades y quemar, con el fuego de su amor, todas aquellas actitudes que nos oprimen. Ojalá que esa luz de Jesús, que renació en nuestros corazones NUNCA SE APAGUE.

El segundo día, en la mañana, tuvimos la “Catequesis de la Luz” que gentilmente dirigió el Hno. José Ignacio Rodríguez (Iñaki).

Ya en horas de la tarde, continuamos con la “Celebración de la Palabra”. Otro simbolismo empleado en la Vigilia de la celebración Pascual cristiana. Jesús, Palabra de Dios encarnada (hecha carne), uno de nosotros (¡por eso nos entiende tan bien!). Palabra que se hace presente en toda la Historia de la Salvación del hombre. Palabra que formó los cielos y la tierra y todo ser viviente… “Y dijo Dios… Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno…” (Gén 1,31). Palabra de Dios que ve la opresión de su pueblo y escucha los clamores que levanta al cielo en busca de consuelo y respuesta... (Éx 3,7-8). Palabra que es como “la lluvia y la nieve que bajan de los cielos y no vuelven allá sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y haberla hecho germinar, para que dé la simiente para sembrar y el pan para comer” (Is 55,10-11). Palabra de Jesús que nos da la paz y nos dice “no tengan miedo”… (Mt 28,1-10).

Concluimos este segundo día con la “Catequesis de la Palabra”, a cargo del Hno. Diego Antón.

El tercer día vivimos dos celebraciones. En la mañana renovamos nuestro bautismo, en el marco de la “Celebración del Agua”. Una experiencia que ha de transformar nuestras vidas; porque estar bautizado ha de ser para cada uno de nosotros un acontecimiento con significado para la vida. Estar bautizado, ser bautizado… debe ser para nosotros un acontecimiento que nos haga renacer cada día, como le dijo Jesús a Nicodemo (Jn.3,1ss): muriendo a nuestros pensamientos, a nuestros apegos, a nuestras cosas, a nuestros trabajos... nos sentiremos de verdad vivir de nuevo. Solamente siendo en la tierra polvo, nada y vacío, naceremos de lo alto, nos invadirá el Espíritu. Es el grano de trigo que cae en tierra y muere y, sólo así, da fruto. Es el corazón de piedra cambiado por uno de carne. La ceguera transformada en luz, la luz de Dios en nuestra alma. Es la oscuridad iluminada por la presencia viva del Espíritu... Nace la criatura nueva, nacida de lo alto, guiada por la Luz del Espíritu y encendida por dentro por su calor.

En las primeras horas de la tarde tuvimos la Catequesis del Agua que dirigió el Hno. Francisco Javier Felices.

Después de un breve descanso, concluimos nuestra experiencia de Camino Pascual con la “Celebración de Envío”. Experimentamos nuestras “vidas de asfalto” y nuestra “tierra árida”; pasamos de las tinieblas a la luz. Sentimos a Jesús como Luz que ilumina, Palabra que orienta y da vida; y Agua que vivifica y refresca. Un Jesús que se encarnó, vivió, murió y ¡RESUCITÓ! Un Jesús que no nos puede dejar indiferentes…

Ojalá estos días que hemos vivido aquí sean para todos nosotros un aliento para ser testigos de nuestro amor entrañable a Jesús. Ojalá lo vivamos y contemos a nuestros hermanos todo lo que hemos visto y oído: ¡Cristo ha resucitado en nuestras vidas! Las puertas de la esperanza están abiertas de par en par. Irradiemos a nuestro alrededor la paz, la fe y el amor a Jesús. Impregnemos nuestros ambientes de la presencia viva de Jesús. Seamos testigos de un Jesús vivo. Y vayamos diciendo a todos con nuestra vida que ese Jesús a quien buscan no está entre los muertos… ¡HA RESUCITADO!

A todos los asistentes a esta experiencia, a los que hicieron posible su realización, a la Comunidad de Hermanos del Chiquinquirá que gentilmente nos prestó las instalaciones del colegio, a los que nos tuvieron presentes en sus oraciones durante estos días… Muchas gracias por todo.


FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN


QUINTA SEMANA DE CUARESMA.

El domingo, en la liturgia, escucharemos el siguiente evangelio:



"Había caído enfermo un tal Lázaro, natural de Betania, la aldea de María y su hermana Marta… le mandaron recado a Jesús: “Señor, mira que tu amigo está enfermo”. Jesús, al oírlo, dijo: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para honra de Dios, para que ella honre al Hijo de Dios... Entonces Jesús les dijo claro: “Lázaro ha muerto. Me alegro por vosotros de no haber estado allí para que tengáis fe. Ahora vamos a su casa. Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a sus compañeros: “Vamos también nosotros a morir con él”. Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado… Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a recibirlo, mientras María se quedaba en la casa. Marta le dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano… Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida: el que tiene fe en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que está vivo y tiene fe en mí, no morirá nunca. ¿Crees esto?”. Ella le contestó: “Sí, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que tenía que venir al mundo”. Dicho esto fue a llamar a su hermana María y le dijo en voz baja: “El Maestro está ahí y te llama” (Jn 11, 1-45).


La fe arraigada en el Evangelio es activa. No somos meros espectadores contemplando el espectáculo de un dios que maneja y dirige la historia mientras nosotros aplaudimos o abucheamos…

Porque tenemos fe en el Dios de la Vida, nos comprometemos en la lucha contra las situaciones de muerte que ahogan nuestro mundo. Porque creemos en el Dios del amor completo, dedicamos nuestros esfuerzos a crear lazos de unión y fraternidad entre los hombres. Porque Jesús el Maestro, el amigo, es el Señor de nuestras vidas, somos capaces de traspasar todo tipo de fronteras y colocarnos al lado de los que el mundo da como perdidos.

Porque Jesús es la Resurrección y la vida, la esperanza que brilla en nuestros ojos jamás se oscurece. “El que tiene fe en mi, aunque muera, vivirá; y todo el que está vivo y cree en mí no morirá nunca.”


ORACIÓN:


Padre de todos los hombres, danos esa fe
capaz de mover montañas y transformar el mundo.
Haz de nuestras vidas algo extraordinario.
Líbranos del desaliento y llénanos de esperanza.
Haznos testigos y mensajeros de tu amor;
que nuestra vida sea semilla de tu Reino en
el mundo; que los más pobres y marginados
de la tierra puedan experimentar tu amor a
través del amor que nosotros les ofrecemos.
Que así sea.


(Tomado del folleto CUARESMA 2008, Elaborado por el Departamento de educación y sensibilización de SED).

SUSPENDIDO TALLER DEL CEMPAJ

SE HA SUSPENDIDO EL TALLER DEL CEMPAJ

TALLER DEL CEMPAJ

"EL ACOMPAÑAMIENTO EN REMAR"
Estamos ya acercándonos al fin de semana que tendremos el taller.
NO TE OLVIDES DE AVISAR A TU COORDINADOR SI VAS A ASISTIR O SI NO LO VAS A HACER.
¡¡¡ESTAMOS ESPERANDO TU RESPUESTA HOY MISMO!!!

CUARTA SEMANA DE CUARESMA.


La liturgia del martes nos presenta la lectura que sigue:


Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?».

El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».

Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y echa a andar». Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar...

Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor». Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado
(Jn 5, 1-3.5-16).


No tengo a nadie ¡Qué duras suenan esas palabras en el corazón del que ama! ¡Qué reales son esas palabras en el mundo de autosuficiencia en que vivimos hoy! Hay tanta gente, tantos medios, tanta abundancia de todo y pareciera que es cuando más se escucha por todas partes, ese grito angustioso: “No tengo a nadie…” Echemos una mirada a nuestro mundo y enseguida descubriremos este mundo parecido a esos cinco soportales de la piscina junto a la puerta de las ovejas en Jerusalén: Vemos tanta gente echados, aplastados, aniquilados, amontonados como basura en el camino de la vida. Millones de voces infantiles, y adultas también, gritan la misma frase del evangelio de hoy: “No tengo a nadie…”

Hoy, Jesús, en este camino hacia la Pascua nos dice qué debemos hacer: Caminar con los ojos bien abiertos, darnos cuenta de la necesidad… Hay muchos necesitados, pero empieza por uno, como Jesús. Actuar en consecuencia, ayudar a levantarse, caminar con ellos hasta que caminen seguros ellos mismos.

También Jesús nos dice lo que nunca debes hacer: Pasar de largo, no escuchar los gritos, no ver las necesidades, no justificarnos con el que “son muchos”, “no se puede hacer nada con tantos”… y sobre todo no juzgar.

Es hora de actuar, de hacer el bien, sin juzgar, gratuitamente, sin importar la raza, la clase social, el país, la religión, si son o no son agradecidos… Es hora de la solidaridad. Es hora de acercarnos y ayudar mientras decimos: “Levántate, toma tu camilla y echa a andar”.


No tienes manos
Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos para construir
un mundo donde habite la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies para poner en
marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios para anunciar
por el mundo la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción para lograr
que todos los hombres sean hermanos.
Jesús, nosotros somos tu evangelio.
El único evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Jesús, danos tu musculatura moral
para desarrollar nuestros talentos
y hacer bien todas las cosas.

(Anónimo)


(Tomado del folleto CUARESMA 2008, Elaborado por el Departamento de educación y sensibilización de SED).

TERCERA SEMANA DE CUARESMA.

La liturgia del domingo nos ofreció la siguiente lectura:

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado Sicar...; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice:

- Dame de beber».

-¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?

- Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.

- Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?

- El que bebe de esta agua vuelve a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.

- Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.

-Sé que va a venir el Mesías, el Cristo, cuando venga él nos lo dirá todo.
-Soy yo: el que habla contigo...
(Jn 4, 15-42).



Tener un pozo de agua en casa o en un poblado es hoy todavía un privilegio en muchas partes del mundo y particularmente en África donde el agua es un bien tan escaso.

El agua es signo de vida y vida ella misma. Es desde la profundidad de donde sacamos la vida para revivir la naturaleza.

Muchas veces no nos damos cuenta de la riqueza que tenemos en ese pozo de nuestro interior. Jesús nos invita esta mañana a sacar agua, a saciar nuestra sed, a compartirla saciando la sed de los otros, como hace la mujer de Samaria que corre y comparte el tesoro que ha encontrado con la gente de su pueblo.

Tenemos que aliviar la sed, la nuestra y la de los demás. El agua de Jesús está ahí en nuestro interior, en nuestro pozo, sólo hay que beberla y darla generosamente a los demás. Sólo bebiendo esa agua y dándola, el agua producirá vida.


Abre mis ojos, Señor
para poder ver las necesidades
de la gente que me rodea.
Mueve mis manos
para saciar el hambre y la sed
de mis hermanos.
Toca mi corazón
para compartir con los demás
las riquezas de su interior.
Dame el cariño que necesito
para fortalecer al enfermo.
Ayúdame a reconocer que compartiendo
mis preocupaciones y mi amor,
mi pobreza y mi prosperidad,
participaré en tu presencia divina.
Amén.


(Tomado del folleto CUARESMA 2008, Elaborado por el Departamento de educación y sensibilización de SED).

CEMPAJ OCCIDENTE.



EL ACOMPAÑAMIENTO EN REMAR.


RECUERDEN QUE TENEMOS TALLER DEL CEMPAJ EN OCCIDENTE LOS DÍAS 8 Y 9 DE MARZO en el Colegio H. ILDEFONSO GUTIÉRREZ.

VAYAMOS TOMANDO LAS PREVISONES NECESARIAS PARA PODER ASISTIR.

Buen viento y buena mar.

SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA.

La liturgia del martes de la segunda semana de Cuaresma nos propone la siguiente lectura:

Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido» (Mt 23, 1-12).


Jesús es el profeta de la Verdad. Denuncia las actitudes contrarias a los valores del Reino. No acepta la apariencia de los que cumplen las normas para ser vistos; la incoherencia de los que predican el amor y se olvidan de amar; la injusticia de los que exigen a los otros y no mueven un dedo para que las cosas cambien.

Jesús denuncia la hipocresía de los que se creen dueños de Dios y de su Palabra. Denuncia la búsqueda de beneficios personales, cuando decimos que estamos ayudando a los pobres. Pero Jesús también anuncia una nueva forma de vivir: la fraternidad y el servicio. Nos recuerda que somos hermanos y que debemos tratarnos como tal. Hermanos, hijos de un mismo Padre y de una misma Madre.

Jesús nos invita a vivir una relación horizontal, de respeto, de igual dignidad. Somos hermanos y estamos llamados a promover la fraternidad universal. Empecemos por casa. El momento ha llegado.


(Tomado del folleto CUARESMA 2008, Elaborado por el Departamento de educación y sensibilización de SED).

RECORDANDO ANTIGUAS CARABELAS

CARABELA ISMAR (Puchi Fonseca-Maracaibo)


En conmemoración de los treinta años de Remar en Venezuela he querido hacer una pequeña reseña del navegar de mi Carabela, para así compartir con todos los que se sienten identificados con el movimiento y los que son parte de él mi agradecimiento hacia ese grupo que me abrió infinitas puertas y que marcó en mí el amor por Remar y sobre todo me dio la oportunidad de seguir a nuestro Gran Timonel Jesús mediante el trabajo con el más necesitado.



Ismar, carabela lanzada en el año 2003, en el colegio Manuel Ángel Puchi Fonseca, Fundación Maristas Chiquinquirá. Circunstancia que daba la oportunidad a 40 jóvenes de vivir una aventura mar adentro, mar que llevaba consigo realidades ajenas a la suyas que marcaron por completo la adolescencia de muchos de ellos, encaminándolos a una vida en el Evangelio.




Luchando por encontrar la meta que todos queremos alcanzar
“SER CRISTOS JÓVENES”.











Ya esta embarcación con el nombre de Ismar (Identificándonos siempre en María) , busca conocer la realidad de su entorno mediante experiencias de solidaridad que hicieron derramar más de una lágrima, y también hicieron sentir una vocación de servicio en los ya 20 remeros y dos timoneles que eran parte de esta travesía .

Con timón en mano y ya con la primera meta alcanzada la carabela busca fijar su rumbo hacia Jesús estableciéndose un ideal: “Ser estrellas de Cristo para iluminar la necesidad del prójimo”, necesidad que pudimos conocer de cerca en el comedor Buena Nueva del barrio Almawy donde Ismar comparte sábado a sábado con los niños de esta comunidad.



Solidarizándonos con el trabajo del prójimo, Ismar ayuda a los remeros de la carabela Fénix del colegio Ildefonso en un día de arduo trabajo en su campamento misión y comparte con ellos la experiencia del trabajo por el otro sin remuneración alguna.

Basándonos en está experiencia la carabela decide trabajar para sacar adelante la capilla María Auxiliadora del Barrio Integración Comunal y así acompaña a la comunidad en la celebración de la palabra y encuentra el lazo de unión entre su entorno, su travesía y Jesús.

Ismar decide realizar su Campamento Misión en esta pequeña casa de Dios llena de necesidades, pero circunstancias ajenas a la carabela no la dejan continuar sus proyectos y desdichadamente ésta sólo realiza un pequeño aporte a la infraestructura de la capilla y decide terminar su rumbo en mayo del 2005 con 5 remeros (Gabriel González, Wendy Delgado, Gaby Guzmán, Ulices Martínez y Arelys Fernández) y dos timoneles (Yskel García y Carlos D´Arienzo).


Ismar dejó en nosotros experiencias únicas que contar y sobretodo dejó el deseo de tener una vida encaminada hacia el trabajo por el otro en Cristo.


Gracias Ismar.
Ulices Martínez

PRIMERA SEMANA DE CUARESMA.

Para el próximo viernes la liturgia nos propone la siguiente lectura del Evangelio:


¿Dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado », merece la condena del fuego.

Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto»(Mt 5,20-26).



Impresionan tus palabras, Jesús.

Si cuando vayas al altar, te acuerdas que tienes algo con tu hermano… ¡Ponte en camino, ya! No es posible permanecer en el enojo cuando trabajamos en la misma misión, cuando somos enviados de a dos, junto con el otro, cuando el anuncio requiere sintonía, sonoridad fraterna.

En torno nuestro, es fácil la violencia y la venganza. Lo vemos socialmente: armas, agresiones, odios, calumnias, abusos, injusticia. Son muchas las fuerzas de las estructuras de pecado que nos arrastran por la pendiente de la violencia y no del perdón. Perdono pero no olvido y ahí nos quedamos con las cicatrices de la injusticia, recordándonos al hermano que en un día nefasto tuvo la debilidad de zancadillear nuestro proyecto.

Es preciso un rociado de amor para impregnar de bálsamo las heridas mutuas, y hacerlo pronto, antes de ir al altar, antes de que el problema se agrave.


(Tomado del folleto CUARESMA 2008, Elaborado por el Departamento de educación y sensibilización de SED).

MIÉRCOLES DE CENIZA

“Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial...

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará...

Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará...

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará» (Mt 6, 1-6,16-18).




Los hechos de nuestro mundo y las palabras de Jesús llegan a nuestro corazón para despertarnos de la rutina, para ser conscientes de lo que sucede alrededor y para ayudarnos a escuchar la voz de Dios en nuestro interior que nos pide compromisos de lucha por la justicia. Este tiempo de Cuaresma que hoy iniciamos es la mejor oportunidad para crecer personalmente en coherencia con los principios que predicamos “y no ser como los hipócritas”.



EL AYUNO QUE DIOS QUIERE
El ayuno que Dios quiere es éste:
que sueltes las cadenas injustas,
que desates las correas del yugo,
que dejes libres a los oprimidos,
que acabes con todas las opresiones,
que compartas tu pan con el hambriento,
que hospedes a los pobres sin techo,
que proporciones ropas al desnudo
y que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como la aurora
y tus heridas sanarán en seguida,
tu recto proceder caminará ante ti
y te seguirá la gloria del Señor.
Entonces invocarás al Señor
y él te responderá;
pedirás auxilioy te dirá: “Aquí estoy”



(Tomado del folleto CUARESMA 2008, Elaborado por el Departamento de educación y sensibilización de SED).

MENSAJE DEL PAPA PARA LA CUARESMA 2008

«Nuestro Señor Jesucristo, siendo rico, por vosotros se hizo pobre»
(2 Corintios 8,9)

¡Queridos hermanos y hermanas!
1. Cada año, la Cuaresma nos ofrece una ocasión providencial para profundizar en el sentido y el valor de ser cristianos, y nos estimula a descubrir de nuevo la misericordia de Dios para que también nosotros lleguemos a ser más misericordiosos con nuestros hermanos. En el tiempo cuaresmal la Iglesia se preocupa de proponer algunos compromisos específicos que acompañen concretamente a los fieles en este proceso de renovación interior: son la oración, el ayuno y la limosna. Este año, en mi acostumbrado Mensaje cuaresmal, deseo detenerme a reflexionar sobre la práctica de la limosna, que representa una manera concreta de ayudar a los necesitados y, al mismo tiempo, un ejercicio ascético para liberarse del apego a los bienes terrenales. Cuán fuerte es la seducción de las riquezas materiales y cuán tajante tiene que ser nuestra decisión de no idolatrarlas, lo afirma Jesús de manera perentoria: «No podéis servir a Dios y al dinero» (Lc 16,13).

La limosna nos ayuda a vencer esta constante tentación, educándonos a socorrer al prójimo en sus necesidades y a compartir con los demás lo que poseemos por bondad divina. Las colectas especiales en favor de los pobres, que en Cuaresma se realizan en muchas partes del mundo, tienen esta finalidad. De este modo, a la purificación interior se añade un gesto de comunión eclesial, al igual que sucedía en la Iglesia primitiva. San Pablo habla de ello en sus cartas acerca de la colecta en favor de la comunidad de Jerusalén (cf. 2Cor 8,9; Rm 15,25-27 ).

2. Según las enseñanzas evangélicas, no somos propietarios de los bienes que poseemos, sino administradores: por tanto, no debemos considerarlos una propiedad exclusiva, sino medios a través de los cuales el Señor nos llama, a cada uno de nosotros, a ser un medio de su providencia hacia el prójimo. Como recuerda el
Catecismo de la Iglesia Católica, los bienes materiales tienen un valor social, según el principio de su destino universal (cf. nº 2404).

En el Evangelio es clara la amonestación de Jesús hacia los que poseen las riquezas terrenas y las utilizan solo para sí mismos. Frente a la muchedumbre que, carente de todo, sufre el hambre, adquieren el tono de un fuerte reproche las palabras de San Juan: «Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?» (1Jn 3,17). La llamada a compartir los bienes resuena con mayor elocuencia en los países en los que la mayoría de la población es cristiana, puesto que su responsabilidad frente a la multitud que sufre en la indigencia y en el abandono es aún más grave. Socorrer a los necesitados es un deber de justicia aun antes que un acto de caridad.

3. El Evangelio indica una característica típica de la limosna cristiana: tiene que ser en secreto. «Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha», dice Jesús, «así tu limosna quedará en secreto» (Mt 6,3-4). Y poco antes había afirmado que no hay que alardear de las propias buenas acciones, para no correr el riesgo de quedarse sin la recompensa de los cielos (cf. Mt 6,1-2). La preocupación del discípulo es que todo vaya a mayor gloria de Dios. Jesús nos enseña: «Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestra buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,16). Por tanto, hay que hacerlo todo para la gloria de Dios y no para la nuestra. Queridos hermanos y hermanas, que esta conciencia acompañe cada gesto de ayuda al prójimo, evitando que se transforme en una manera de llamar la atención. Si al cumplir una buena acción no tenemos como finalidad la gloria de Dios y el verdadero bien de nuestros hermanos, sino que más bien aspiramos a satisfacer un interés personal o simplemente a obtener la aprobación de los demás, nos situamos fuera de la óptica evangélica. En la sociedad moderna de la imagen hay que estar muy atentos, ya que esta tentación se plantea continuamente. La limosna evangélica no es simple filantropía: es más bien una expresión concreta de la caridad, la virtud teologal que exige la conversión interior al amor de Dios y de los hermanos, a imitación de Jesucristo, que muriendo en la cruz se entregó a sí mismo por nosotros. ¿Cómo no dar gracias a Dios por tantas personas que en el silencio, lejos de los reflectores de la sociedad mediática, llevan a cabo con este espíritu acciones generosas de sostén al prójimo necesitado? Sirve de bien poco dar los propios bienes a los demás si el corazón se hincha de vanagloria por ello. Por este motivo, quien sabe que «Dios ve en el secreto» y en el secreto recompensará no busca un reconocimiento humano por las obras de misericordia que realiza.

4. Invitándonos a considerar la limosna con una mirada más profunda, que trascienda la dimensión puramente material, la Escritura nos enseña que hay mayor felicidad en dar que en recibir (Hch 20,35). Cuando actuamos con amor expresamos la verdad de nuestro ser: en efecto, no hemos sido creados para nosotros mismos, sino para Dios y para los hermanos (cf. 2Cor 5,15). Cada vez que por amor de Dios compartimos nuestros bienes con el prójimo necesitado experimentamos que la plenitud de vida viene del amor y lo recuperamos todo como bendición en forma de paz, de satisfacción interior y de alegría. El Padre celestial recompensa nuestras limosnas con su alegría. Y hay más: San Pedro cita entre los frutos espirituales de la limosna el perdón de los pecados. «La caridad -escribe- cubre multitud de pecados» (1P 4,8). Como a menudo repite la liturgia cuaresmal, Dios nos ofrece, a los pecadores, la posibilidad de ser perdonados. El hecho de compartir con los pobres lo que poseemos nos dispone a recibir ese don. En este momento pienso en los que sienten el peso del mal que han hecho y, precisamente por eso, se sienten lejos de Dios, temerosos y casi incapaces de recurrir a él. La limosna, acercándonos a los demás, nos acerca a Dios y puede convertirse en un instrumento de auténtica conversión y reconciliación con él y con los hermanos.

5. La limosna educa a la generosidad del amor. San José Benito Cottolengo solía recomendar: «Nunca contéis las monedas que dais, porque yo digo siempre: si cuando damos limosna la mano izquierda no tiene que saber lo que hace la derecha, tampoco la derecha tiene que saberlo» (Detti e pensieri, Edilibri, n. 201). Al respecto es significativo el episodio evangélico de la viuda que, en su miseria, echa en el tesoro del templo «todo lo que tenía para vivir» (Mc 12,44). Su pequeña e insignificante moneda se convierte en un símbolo elocuente: esta viuda no da a Dios lo que le sobra, no da lo que posee sino lo que es. Toda su persona.

Este episodio conmovedor se encuentra dentro de la descripción de los días inmediatamente precedentes a la pasión y muerte de Jesús, el cual, como señala San Pablo, se ha hecho pobre a fin de enriquecernos con su pobreza (cf. 2Cor 8,9); se ha entregado a sí mismo por nosotros. La Cuaresma nos empuja a seguir su ejemplo, también a través de la práctica de la limosna. Siguiendo sus enseñanzas podemos aprender a hacer de nuestra vida un don total; imitándole conseguimos estar dispuestos a dar, no tanto algo de lo que poseemos, sino a darnos a nosotros mismos. ¿Acaso no se resume todo el Evangelio en el único mandamiento de la caridad? Por tanto, la práctica cuaresmal de la limosna se convierte en un medio para profundizar nuestra vocación cristiana. El cristiano, cuando gratuitamente se ofrece a sí mismo, da testimonio de que no es la riqueza material la que dicta las leyes de la existencia, sino el amor. Por tanto, lo que da valor a la limosna es el amor, que inspira formas distintas de don, según las posibilidades y las condiciones de cada uno.

6. Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma nos invita a «entrenarnos» espiritualmente, también mediante la práctica de la limosna, para crecer en la caridad y reconocer en los pobres a Cristo mismo. Los Hechos de los Apóstoles cuentan que el Apóstol San Pedro dijo al hombre tullido que le pidió una limosna en la entrada del templo: «No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te lo doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, echa a andar» (Hch 3,6). Con la limosna regalamos algo material, signo del don más grande que podemos ofrecer a los demás con el anuncio y el testimonio de Cristo, en cuyo nombre está la vida verdadera. Por tanto, que este tiempo esté caracterizado por un esfuerzo personal y comunitario de adhesión a Cristo para ser testigos de su amor. María, Madre y Sierva fiel del Señor, ayude a los creyentes a llevar adelante la «batalla espiritual» de la Cuaresma armados con la oración, el ayuno y la práctica de la limosna, para llegar a las celebraciones de las fiestas de Pascua renovados en el espíritu. Con este deseo, os imparto a todos una especial Bendición Apostólica.

Vaticano, 30 de octubre de 2007
BENEDICTUS PP. XVI

[Traducción distribuida por la Santa Sede
© Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

FALLECE LA PROFESORA LIGIA (COL. CHIQUINQUIRÁ)

Acabamos de recibir la triste noticia del fallecimiento de la Profesora Ligia, del Colegio Chiquinquirá. Nos unimos al dolor de sus familiares y pedimos a Dios Padre que ya la tenga en su gloria.
Que en paz descanse.

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL


“Un Dios a quien no se reza no es ciertamente el verdadero Dios. Admitir este hecho es reconocer, ante todo, que si la idea que nos forjamos de Dios no nos lleva a la oración, esa idea no es verdadera. Es también aceptar que sólo tienen derecho a hablarnos de Dios los que rezan”.

(Bernard Bro).

NOS ACERCAMOS A LA CUARESMA


Carta de Buenafuente. Cuaresma, 2008

Déjate conducir por el Espíritu al desierto, donde la soledad, el silencio, la oración, la mirada al horizonte, la trascendencia, las palabras esenciales, la Palabra de Dios se convierten en el pan y en el agua, apoyos necesarios para subsistir en tiempo de inclemencia.

Entra en tu cuarto, en tu habitación interior, donde sólo Dios ve y escucha tu plegaria. Ahí, en lo secreto, eleva cada día tu súplica, rinde tu cuerpo y tu mente en adoración, y ábrete a lo que Él desee decirte, por medio de la providencia de su Palabra, que puedes leer en las Sagradas Escrituras. En este tiempo, la Liturgia nos ofrece la lectio continua como mejor acompañamiento.

No te inventes respuestas ni propósitos precipitados; espera, este tiempo dura lo suficiente para que puedas llegar a comprender cómo y en qué debes cambiar tu vida. La obediencia es esencial, pero sólo si llevas a cabo lo que escuchas dentro o haces enteramente tuyo lo que oyes desde fuera, no sentirás violencia al cumplirlo, sino plenitud.

Quizá recibirás la insinuación que te invita a la austeridad, a compartir tus bienes, a gestos solidarios, que serán la mejor expresión de la ascesis. Siempre tendrás junto a ti o te llegará la noticia de personas necesitadas. El amor se manifiesta generoso.

Quizá necesitas el bálsamo del perdón. No dudes en pedirlo, la misericordia de Dios es eterna, y Él no desoye la súplica de los que lo invocan, sino que escucha siempre favorablemente el gemido de quien solicita, humilde, la gracia.

Este tiempo encierra la clave de la inteligencia de todo acontecimiento, porque es una etapa, aunque duradera, abierta a la luz pascual. No se te invita a un ejercicio introvertido para crecer en estima personal, sino a un camino de contemplación y seguimiento detrás de quien nos desvela que el amor consiste en dar la vida por los demás, Jesucristo, actitud por la que se experimenta la humanidad lograda.

La entrega, que en un primer momento parece costosa, se convierte en fuente de alegría. Paradójicamente, la cruz es signo de victoria. Por el Crucificado que vence a la muerte, todo puede comenzar de nuevo.

Unidos en la travesía de la cuarentena cuaresmal, camino de la Pascua.


(Ángel Moreno)

EN EL CENTRO DE MI VIDA



El H. Sebas nos envía este poema de Mario Benedetti. Gracias.




En el centro de mi vida,
En el núcleo capital de mi vida,
Hay una fuente luminosa, un surtidor
Que alza convicciones de colores
Y es lindo contemplarlas y mirarlas.

En el centro de mi vida,
En el núcleo capital de mi vida,
La muerte queda lejos,
La calma tiene olor a lluvia,
La lluvia tiene olor a tierra.
Esto me lo contaron porque
Yo nunca estoy en el centro de mi VIDA.

(Mario Benedetti)

ALGUNOS APUNTES SOBRE ESPIRITUALIDAD MARISTA

(Tomado de "ESPIRITUALIDAD MARISTA Y PATRIMONIO", por Aureliano Brambila, fms. México Occidental).
¿Espiritualidad o ideología?
Entre las cosas bellas que se están dando en el hoy de la vida de nuestro Instituto se encuentra el deseo, en no pocos seglares, de vivir la espiritualidad que brota del carisma otorgado a Marcelino Champagnat por el Espíritu Santo.
En el afán que mostramos los Hermanos por dar a conocer esta espiritualidad al mayor número posible de gente, cosa del todo loable, podría deslizarse subrepticiamente una confusión de conceptos semejantes en apariencia, pero en realidad diametralmente opuestos: la espiritualidad y la ideología. Ciertamente, en el lenguaje ordinario usamos una expresión por la otra sin darle mayor importancia. Sin embargo, es conveniente que, a medida que se reflexiona con mayor hondura en el tema de la espiritualidad marista y de que el número de personas a quien se propone es más considerable, se vayan precisando las fronteras de estos conceptos. Esto ayudará a evitar procedimientos equívocos.

¿Qué entiendo por ideología?
Creo que es la justificación racional y sistemática del actuar característico de un grupo humano. Se usa para predeterminar la conducta que se quiere establecer. La ideología va del modelo de conducta preestablecida a la mentalidad y actitudes que aseguren la producción de dicha conducta. Fija cuidadosamente los modelos, esto es, los perfiles. Supone sometimiento al modelo establecido. Se trata de poner todo el mecanismo psíquico, individual y colectivo al servicio de la gestación de las actitudes conducentes a un determinado comportamiento. Echa mano del conductismo constantemente y con gran habilidad. Utiliza casi exhaustivamente y con excelencia los medios de comunicación social. Funciona como un factor de identidad y pervivencia grupal. Asumir la ideología respectiva es el "sine qua non" de la pertenencia y permanencia en el grupo.

¿Qué entiendo por espiritualidad?
Si hacemos una visualización desde el concepto de persona humana como un ser puesto en una red de relaciones que lo van construyendo a través de la comunión, podría decirse que hay espiritualidad cuando la relación con el trascendente es de tal naturaleza que logra configurar (modificar, cualificar, colorear) de una manera constante las demás relaciones constitutivas de la persona humana (mismidad, cosmos, alteridad).
Ese trascendente capaz de configurar la totalidad de quien se relaciona con él no es de naturaleza impersonal: un principio (verdad), o una virtud (solidaridad, compromiso...), o una mera idealización (autoproyección); sino personal: DIOS. Desde luego que no ese "Dios" de los filósofos, unipersonal, y por lo tanto, solitario, sino el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, trinidad de personas, esto es, familia, comunidad divina.
La espiritualidad va de las actitudes fundamentales a sus expresiones concretas. Su objeto de análisis son las actitudes cara a la totalidad. Procede de una cosmovisión. Nace de un esfuerzo de congruencia: "Si mi relación de comunión con Dios es de tal intensidad, ¿cuáles deben ser mis actitudes para con todo lo demás: los otros seres humanos, las cosas, yo mismo?" Adquiriendo adecuadas actitudes hacia toda la realidad desde Dios, la conducta personal irá tomando un sesgo nuevo y antiguo a la vez. La espiritualidad induce así nuevas conductas, con el mismo espíritu aunque diversas en la materialidad y modalidad concretas.
Desde la Encarnación, el encuentro con ese Dios trino está marcado por la mediación única de Jesucristo. Nace así la espiritualidad cristiana, cuya Carta Magna es el Evangelio.
¿Algunas notas de esa espiritualidad cristiana?
La espiritualidad cristiana brota de la contemplación y seguimiento de Cristo. Dada la riqueza de la figura de Jesús, no hay una sola espiritualidad cristiana, sino muchas. Lo importante es el seguimiento de Cristo, las maneras de hacerlo varían. Todas ellas son válidas. Y entre sí, complementarias, no rivales. Poseen las mismas notas fundamentales, aunque en proporciones e insistencias diversas: crística, evangélica, encarnada, pascual (liberadora), comunitaria, universal, mariana.
La espiritualidad marista es una especificidad, entre otras, de esa espiritualidad cristiana. Quien se decide por ella la puede vivir en diversos grados de compromiso, desde uno existencial totalitario, los votos, hasta otro de mera simpatía, pasando por toda una serie de puntos intermedios. La espiritualidad marista es pues una opción existencial. Una manera de vivir el cristianismo. Supone una moción del Espíritu Santo. Por lo tanto, es algo a proponer, no a imponer. Ha de ser tratada desde una pastoral vocacional: búsqueda y fomento de atracciones y resonancias.

¿Algunas notas de la espiritualidad marista?
Filial
Desde y con Cristo (de cara a Dios Padre, de cara a María): dimensión encarnatoria: pesebre, kénosis, concreción, trabajo manual, laboriosidad..; dimensión redentora: cruz, sacrificio, intercesión vicaria...; dimensión eucarística: altar, oblación, resurrección (esperanza, alegría, optimismo...)
Fraternal
En y por Cristo, desde María, comunidad de hermanos (espíritu de familia), la fraternidad universal, jóvenes...; en un Pueblo de hermanos (Iglesia)
Mariana
Fidelidad total y constante a la misión, congruencia, sencillez, humildad, discreción, gozo, Nazaret y Caná (solidaridad), José...
Apostólica
Esta nota es medular en la espiritualidad marista. Nos coloca de lleno entre las agrupaciones eclesiales con espiritualidad apostólica. Es la nota que configura toda la manera de ser y actuar de los Hermanos y sus Comunidades desde la misión. No sin razón el Capítulo General XIX elaboró un Documento con el título de "ESPIRITUALIDAD APOSTOLICA MARISTA".
La experiencia Montagne es el manantial puntual (histórico) y perenne (siempre renovable) de la espiritualidad apostólica marista. En cuanto puntual, fue la lectura trascendente de un caso concreto: El grito de auxilio del joven Juan Bautista Montagne, un 28 de octubre de 1816, en Les Palais: "¡Padre Marcelino, ayúdeme!"; tal interpelación viene interpretada por Champagnat como el grito angustioso de los niños y los jóvenes de todos los lugares y tiempos. Y Marcelino respondió a ese grito fundando a los Hermanos.
Vinimos pues a la existencia institucional con una intencionalidad muy precisa. Nuestra misión no fue pensada "a posteriori"; nacimos desde ella y para ella. Marcelino nos quiso testigos vivos de la presencia de Dios entre los niños y los jóvenes, orantes que dedicaran toda su oración por ellos, religiosos que estructuraran todo su vivir comunitario y personal desde la misión de evangelizadores a través de la educación.
Esta nota apostólica se refiere a ese "evangelizar educando" y tiene como destinatarios a los niños y jóvenes, con una pedagogía propia (presencia, amor, abnegación...), con una preferencia a marginalizados (misiones, pobres, desatendidos, niño gris...).
Laical
Esta nota de la espiritualidad marista es sustancial, no adjetival. Manifiesta la santidad original del propio ser cristiano desde los solos sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía). Representa la capacidad de desarrollo programático de la "pertenencia a Dios" mediante la interiorización y la vivencia del "tuyo soy" y "tú eres mío" pronunciados en la alianza bautismal.
¿No es el Hermano una especie de compañero de ruta de todo hombre, especialmente de los niños y los jóvenes, sin más "equipamiento" que su propia experiencia de Dios que desea fraternalmente compartir? Estructuralmente pertenece al mundo de lo común, de lo pequeño. Uno más de la grey o rebaño que atienden los Pastores. A veces marginalizado por una Iglesia tentada de clericalismo.

IMPORTANCIA DEL PATRIMONIO ESPIRITUAL MARISTA
El Espíritu Santo es el autor de la vida religiosa. Los fundadores han sido un lugar preferencial y original (aunque no originante) del carisma. Sin embargo, no siempre resulta evidente que se está partiendo suficientemente de ese aspecto neumático del carisma. O por lo menos, no parece que se le estén sacando todas sus consecuencias.
Básicamente hay que considerar a Marcelino como alguien puesto al servicio del Espíritu. Nos toca llevar la Obra de Marcelino más allá de sus propios sueños y realizaciones. Su Obra es más grande que él mismo, es un regalo del Espíritu Santo a su Iglesia, a la humanidad. Ciertamente que no toda acción de Marcelino constituye parte del carisma institucional, (p.e.: su sacerdocio ministerial). Es preciso que esas acciones hayan sido acompañadas de una cierta insistencia, de una cierta intención proselitista y modélica, de un entusiasmo peculiar.
El estudio del patrimonio va afirmando algunas actitudes básicas de Champagnat:
Que fue dócil a la acción del Espíritu. Marcelino se dio cuenta de la mirada amorosa con que Jesús envolvía a los niños y a los jóvenes. Y quiso historizarla mediante los Hermanos que fundó.
Que le resultaba particularmente subyugante la figura de Jesucristo que se compadecía de las miserias de los poquita cosa, de los afligidos, de los puestos de lado... Todas las líneas de fuerza en la vida de Marcelino tienden hacia un solo objetivo: la fundación de un Instituto que atienda a esos niños y jóvenes que las demás instituciones eclesiales no atienden.
Que la existencia de la escuela (a secas) no tranquilizó la conciencia de Marcelino. Se trataba de ofrecer la educación cristiana integral a los niños y a los jóvenes.
Que la mística impulsora era muy potente en los inicios. Hacía emprender cualquier empresa y soportar cualquier incomodidad, inclusive la muerte prematura. El ambiente que creaba era una invitación abierta a la santidad.
No se puede pues pretender reducir el estudio del carisma al estudio de la sola persona del Fundador. Los primeros discípulos de Marcelino son también portadores del carisma fundacional. Merecen nuestro estudio atento.
Imposible circunscribirse sólo al Fundador y su época. Hay que tener la visión del conjunto. El carisma es actuante, no simple historia acaecida. El Espíritu sigue haciendo maravillas. El estudio de la sana tradición, esto es, del patrimonio espiritual marista, es indispensable para poder comprendernos a nosotros mismos.
Una lectura simplista y acrítica de la Biblia produjo el Fundamentalismo, postura típicamente superficial: quedarse con la cáscara y tirar la fruta. ¿No nos pasará algo semejante en nuestras relecturas de los orígenes maristas cuando carecen de profundidad? A muchas cosas que se hacían "habitualmente" se les dio rango de "esencial". Es fácil confundir "lo habitual" con "lo esencial"; y "la tradición" con "las tradiciones"....
"Si conocieras el don de Dios..." El Espíritu regaló a la Iglesia la espiritualidad de nuestro Instituto. Tal don hay que conocerlo, guardarlo, profundizarlo, actualizarlo y compartirlo.
El Espíritu Santo no nos ha dejado solos. Debemos y podemos seguir respondiendo desde nuestra espiritualidad marista al mundo y a la Iglesia de hoy. Hemos de creer en la fuerza del poder de Dios. Se habla de "refundación": volver al entusiasmo y la audacia del inicio. No se trata de copiar a Champagnat, sino de traducirlo. Hay que adquirir las actitudes fundacionales de Marcelino y su grupo inicial. Pero ¿cómo hacer una buena traducción si ignoramos el original? El estudio de lo original es vital. ¿Y cómo traducir válidamente si ignoramos el idioma de hoy? La solidaridad y la inserción son igualmente vitales. Imposible, pues, "refundar" el Instituto sin hombres con espiritualidad marista. Para proseguir con el carisma de Marcelino hay que ser como Marcelino. "Tú serás Champagnat hoy", sí, a condición de que conozcas y vivas su espiritualidad.

CALENDARIO FEBRERO 2008

CALENDARIO DE PASTORAL INFANTIL Y JUVENIL - FEBRERO 2008

09-11 ENCUENTRO DE COMISIONES PROVINCIALES (Colombia).
13-24 Visita Colegio Champagnat (Txema)
15-17 ACAMPADA INICIAL SAN JOSÉ.
23-24 CEMPAJ (Centro-Caracas): El acompañamiento en Remar.
27 (Feb)-02 (Marzo) Visita Colegio Juan XXIII (Txema)

EQUIPOS REMAR

EQUIPOS REMAR EN LA HISTORIA

Para recordar un poco...

1978 H. Carlos Ampudia, H. Alberto Arrieta
1979 H. Carlos Ampudia, H. José Luis Campo (Campeto)
1980 H. Carlos Ampudia, H. Juan Enrique Hernando
1981 H. Diego Antón, H. Lorenzo Fiscarelli, Pedro Guzmán y Javier Butirago (año de servicio)
1982 H. Diego Antón, H. Lorenzo Fiscarelli, H. Alberto Arrieta, Paolo Adamo (año de servicio)
1984 H. Alberto Arrieta, H. José Ignacio Rodríguez (Iñaki)
1985 H. Francisco Javier Espinosa (Patxi), H. Javier Llorente
1986 H. Francisco Javier Espinosa (Patxi), H. Diego Antón
1987 H. Francisco Javier Espinosa (Patxi), H. Horacio Mena, H. Oscar Enríquez
1989 H. Gregory Meza, H. Gerardo Relloso
1991 H. Gregory Meza, H. José Miguel Caballero
1992 H. José Miguel Caballero, H. Francisco Javier Llamas, Alexánder Villalobos YGustavo González (año de servicio)
1994 H. Francisco Javier Llamas, H. José Ignacio Antolín (Nacho)
1995 H. Luis Pérez, H. Gerardo Cárdenas
1996 H. Gerardo Cárdenas, H. Andrés González
1997 H. Andrés González, H. Ricardo Gómez (Ricky)
1999 H. Ricardo Gómez (Ricky), H. Javier Serna, Alexánder Villalobos
2000 H. Ricardo Gómez (Ricky), H. Paolo Adamo, Alexánder Villalobos, Mª Gabriela Santaniello
2001 H. Ricardo Gómez (Ricky), H. Gustavo Delgado, Eduardo Dos Ramos
2005 H. José Mª Ondarreta (Txema), H. José Luis Sebastián (Sebas)
2006 H. José Mª Ondarreta (Txema), Guillermo Comes, Luisángela Rodríguez

PUERTO VIDA – Maracaibo, 19 y 20 de Enero de 2008


Durante los días 19 y 20 del mes de enero hemos realizado, en el Colegio H. Ildefonso Gutiérrez de Maracaibo, la experiencia Puerto Vida correspondiente a la 2ª Fase del Movimiento Remar. Entre 40 y 45 jóvenes (de los Colegios Chiquinquirá, Ildefonso, Puchi y San Pablo) nos reunimos para dar los primeros pasos en la consolidación de la Comunidad Remar.

Han sido dos días de conocer, profundizar y reflexionar sobre qué es la Comunidad Remar, qué exigencias y qué compromisos conlleva el pertenecer a este grupo.

Nuestro primer día comenzó con la presentación de los objetivos que se pretendían lograr en estos dos días de compartir; y seguidamente cada uno hizo una sencilla presentación de sí mismo para que fuésemos conociéndonos un poquito más los asistentes. Igualmente cada uno expresó cuáles eran las expectativas que tenía frente a este encuentro y nueva experiencia que presentaba en su vida.

Seguidamente compartimos un momento sencillo y sincero de oración acudiendo a la fuente de agua viva, “al manantial de agua fresca que cambia nuestras vidas, que alimenta nuestras almas, cura las heridas y nos da muy lindos días”. A ese Jesús que nos invita cada día a dar comienzo al caminar y a seguir en la búsqueda de lo que él quiere para nosotros.

En un segundo momento se reflexionó, con la ayuda de unos materiales facilitados, sobre las primeras comunidades cristianas (Jerusalén, Antioquía, Corinto y Roma) como modelos que pueden iluminar nuestro caminar en la búsqueda de formar una verdadera comunidad de seguidores de Jesús. Con la plenaria de lo reflexionado concluimos nuestro trabajo de la mañana.

La tarde comenzó con la presentación de lo que es (el deber ser) la COMUNIDAD REMAR. El hermano Ricky (al que aprovechamos para darle las gracias) nos iluminó desde lo que se reflexionó (a nivel latinoamericano) con motivo de los 25 años de Remar y el compromiso de refundación del Movimiento surgido de tales reflexiones.

Nuestro primer día de trabajo-reflexión concluyó con una celebración, preparada entre todos los asistentes, que contempló cinco momentos:
Motivación inicial y “gesto del lavatorio (servicio)”.
Escucha de la Palabra.
Entrega del símbolo de esta experiencia (las sandalias) y Compromiso común.
Comunión (gesto de paz, gesto del pan…).
Envío.

El segundo día se centró exclusivamente en el Proyecto Personal de Vida y en el Proyecto Comunitario. El hermano Javier (al que también agradecemos su dedicación y trabajo) nos explicó de una manera clara y sencilla qué son estos dos proyectos y cómo deben inter-relacionarse y recrearse mutuamente. Concluimos nuestra experiencia de Puerto Vida evaluando qué nos pareció y cómo nos sentimos durante la misma.

A todos/as, gracias por su compromiso, dedicación y ganas de seguir dando pasos en el compromiso y la llamada que Jesús no hace a seguirle.

Buen viento y buena mar.


FESTIVAL MARISTA 2008



18, 19 y 20 DE ABRIL

“Marista con espíritu: fuente de vida”


Marista con espíritu: fuente de vida.
Marista. En singular. Marista eres tú. Herencia de Marcelino. El lema es contigo. Marista eres tú: hermano, docente, joven, niño, niña, adulto, hombre, mujer. Todo quien sienta en su vida la tradición de Marcelino.

Marista con espíritu.
Con vida. Con sueños y horizontes. Con pasos firmes. Con manos. Espíritu es el hondón de lo humano. Espíritu de estos tiempos. Fuego en el corazón. Pasión por la vida.
Es posible ser marista de nombre, de etiqueta. Es posible ser Hermano así también. O docente de tal Colegio Marista. Pura pinta. Pura exterioridad. Marista con espíritu es serlo de corazón, con pasión.
“La pasión por la realidad es un rasgo propio de la espiritualidad latinoamericana. Poner los pies en el suelo. Venir a lo práctico. Llegar a la transformación…
El espíritu no es otra vida, sino lo mejor de la vida, lo que hace ser lo que es, dándole claridad y vigor, sosteniéndola e impulsándola.” (Casaldáliga-Vigil)
“Todo se reduce a gustar de la vida y a saberla vivir. Y hay una sola manera de vivirla feliz: consiste en tener espíritu apasionado, en vivirla con pasión. Se trata de encontrarle tal gusto al vivir que ninguna manifestación de la vida nos resulte indiferente. Presencié un Carnaval Carioca: Había un grupo de negros bailando samba y entre ellos una negra joven que bailaba mejor que los demás. Los movimientos eran los mismos, la misma habilidad, la misma sensualidad, pero ella era mejor. Tal vez porque los demás hacían aquello un poco mecánicamente, como de memoria, mirando a la gente que los rodeaba o a los carros que pasaban. Ella, no. Bailaba con religión. No miraba hacia ningún lado. Vivía la danza. Y era sublime…
A pesar de todo el escepticismo de nuestro tiempo, de todo el pesimismo de esta nueva era sin utopías, sé tonto, sé ingenuo, pero cree realmente que la vida es hermosa. Lo propio de la juventud es creer: en la vida, en la gente, en el futuro... y muchos jóvenes no creen. ¿No les falta a cientos de ellos verdadero amor a la vida? Toda nuestra obra será transitoria y caduca, pero ¿qué importa? Lo importante no es perdurar, sino vivir: tener el valor suficiente para ser uno mismo.” (M. de Andrade, adaptación).
Hay algo más. Para nosotros, maristas, Espíritu es el de Jesús. Espíritu, el de Champagnat. Espíritu, el de La Valla. El de los orígenes, recreado en la historia.
Nuestro espíritu está dispuesto a vivir lo que Jesús y Marcelino vivieron. Escucha de Dios, discernimiento orante, solidaridad, amor compasivo, ternura, inclusividad, cercanía a los pobres, alegría, apertura al otro/a, esperanza…
“El Espíritu lo llevó al desierto… El Espíritu Santo descendió sobre él… El Espíritu del Señor está sobre mí… para anunciar la buena noticia a los pobres…” (Lc 3-4)

Fuente de vida.
Sólo siendo maristas con espíritu podemos ser fuente de vida para otros. Sólo lo vivido se propaga. Los discursos sin vida mueren. Es el reto que tenemos. El de ser nuevas fuentes, nuevos manantiales. Pozos donde surjan las aguas originales de nuestros maestros.
Pozo. Fuente. Manantial. Lugar de donde brota. Roca. Profundidad de la tierra. Agua viva. El documento del Instituto sobre espiritualidad, de publicación reciente, se abre con la invitación evangélica:
“Todo el que tenga sed que beba. Nos convertimos en ríos de agua viva.”

Desde nuestro deseo de ser fuentes de agua viva, pedimos a Jesús:

Sé tú, Jesús, el agua que reviva
nuestra tierra reseca, nuestros cuerpos cansados;
el agua que reviente / nuestras viejas cisternas:
que las haga innecesarias.
Agua abundante
que corra libre,
fecundando.

Danos ser / ungüento y vino.
Ungüento del perdón
que sane las heridas;
vino de fiesta / gratuito, / desbordado.
Como ungüento que baja por la barba
-danos ser-,
que refresca y perfuma;
o rocío sobre el monte,
que humedece y vitaliza (Sal 133).

Como vino de alianza,
que alegra a los novios
y sella el compromiso / en alegría (Jn 2).

Como fuego que abrase
-danos ser-,
que abrase y consuma,
y el viento de tu Espíritu
haga indetenible.


Ojalá que la preparación y realización del Festival Marista 2008, favorezca el desarrollo de una espiritualidad marista apasionada que gane a muchos a favor de la vida, de la paz, de la alegría.
Que María, la Madre de la Vida, acompañe e impulse nuestros sueños.
(H. Tomás Martínez)