CAMINO PASCUAL 2008

|


(Colegio Chiquinquirá-Maracaibo, 16-18 de Marzo de 2008)


Durante los días 16, 17 y 18 del mes de marzo, hemos celebrado la Experiencia de Puerto “CAMINO PASCUAL”. A esta experiencia asisten los remeros que se encuentran en travesía amarilla, último año de la Primera Etapa de Remar.

Durante estos tres días hemos celebrado una “experiencia pascual” fuerte, intensa y profunda (aunque no es una Pascua). Asistimos 110 personas entre remeros/as, Timoneles, invitados y Equipo, de todos los colegios y obras maristas de Venezuela.

El primer día en la tarde, después de que todos nos hubimos acomodado, comenzamos presentando los objetivos que se querían lograr en esta experiencia, las normas para que todo saliera de la mejor forma posible y una primera “catequesis” sobre el sentido de lo que íbamos a vivir.

En la noche vivimos la “Celebración de las Tinieblas y la Luz”. Se nos hizo caer en la cuenta de que muchas veces somos tierra árida, que no produce frutos. Nos proponemos compromisos que fácilmente olvidamos. Nuestras palabras no se corresponden con nuestros comportamientos. Muchas veces “apedreamos la cruz” de Jesús, le damos la espalda… olvidando lo que un día nos propusimos. Pero también pudimos experimentar que Jesús, a pesar de nuestras indiferencias, a pesar de nuestra falta de compromiso, a pesar de nuestras debilidades, a pesar de… no quiere como somos, nos perdona y nos anima a cambiar de vida. Experimentamos que Jesús es el único que puede iluminar nuestras oscuridades y quemar, con el fuego de su amor, todas aquellas actitudes que nos oprimen. Ojalá que esa luz de Jesús, que renació en nuestros corazones NUNCA SE APAGUE.

El segundo día, en la mañana, tuvimos la “Catequesis de la Luz” que gentilmente dirigió el Hno. José Ignacio Rodríguez (Iñaki).

Ya en horas de la tarde, continuamos con la “Celebración de la Palabra”. Otro simbolismo empleado en la Vigilia de la celebración Pascual cristiana. Jesús, Palabra de Dios encarnada (hecha carne), uno de nosotros (¡por eso nos entiende tan bien!). Palabra que se hace presente en toda la Historia de la Salvación del hombre. Palabra que formó los cielos y la tierra y todo ser viviente… “Y dijo Dios… Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno…” (Gén 1,31). Palabra de Dios que ve la opresión de su pueblo y escucha los clamores que levanta al cielo en busca de consuelo y respuesta... (Éx 3,7-8). Palabra que es como “la lluvia y la nieve que bajan de los cielos y no vuelven allá sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y haberla hecho germinar, para que dé la simiente para sembrar y el pan para comer” (Is 55,10-11). Palabra de Jesús que nos da la paz y nos dice “no tengan miedo”… (Mt 28,1-10).

Concluimos este segundo día con la “Catequesis de la Palabra”, a cargo del Hno. Diego Antón.

El tercer día vivimos dos celebraciones. En la mañana renovamos nuestro bautismo, en el marco de la “Celebración del Agua”. Una experiencia que ha de transformar nuestras vidas; porque estar bautizado ha de ser para cada uno de nosotros un acontecimiento con significado para la vida. Estar bautizado, ser bautizado… debe ser para nosotros un acontecimiento que nos haga renacer cada día, como le dijo Jesús a Nicodemo (Jn.3,1ss): muriendo a nuestros pensamientos, a nuestros apegos, a nuestras cosas, a nuestros trabajos... nos sentiremos de verdad vivir de nuevo. Solamente siendo en la tierra polvo, nada y vacío, naceremos de lo alto, nos invadirá el Espíritu. Es el grano de trigo que cae en tierra y muere y, sólo así, da fruto. Es el corazón de piedra cambiado por uno de carne. La ceguera transformada en luz, la luz de Dios en nuestra alma. Es la oscuridad iluminada por la presencia viva del Espíritu... Nace la criatura nueva, nacida de lo alto, guiada por la Luz del Espíritu y encendida por dentro por su calor.

En las primeras horas de la tarde tuvimos la Catequesis del Agua que dirigió el Hno. Francisco Javier Felices.

Después de un breve descanso, concluimos nuestra experiencia de Camino Pascual con la “Celebración de Envío”. Experimentamos nuestras “vidas de asfalto” y nuestra “tierra árida”; pasamos de las tinieblas a la luz. Sentimos a Jesús como Luz que ilumina, Palabra que orienta y da vida; y Agua que vivifica y refresca. Un Jesús que se encarnó, vivió, murió y ¡RESUCITÓ! Un Jesús que no nos puede dejar indiferentes…

Ojalá estos días que hemos vivido aquí sean para todos nosotros un aliento para ser testigos de nuestro amor entrañable a Jesús. Ojalá lo vivamos y contemos a nuestros hermanos todo lo que hemos visto y oído: ¡Cristo ha resucitado en nuestras vidas! Las puertas de la esperanza están abiertas de par en par. Irradiemos a nuestro alrededor la paz, la fe y el amor a Jesús. Impregnemos nuestros ambientes de la presencia viva de Jesús. Seamos testigos de un Jesús vivo. Y vayamos diciendo a todos con nuestra vida que ese Jesús a quien buscan no está entre los muertos… ¡HA RESUCITADO!

A todos los asistentes a esta experiencia, a los que hicieron posible su realización, a la Comunidad de Hermanos del Chiquinquirá que gentilmente nos prestó las instalaciones del colegio, a los que nos tuvieron presentes en sus oraciones durante estos días… Muchas gracias por todo.


FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN


1 comentario:

Daniel dijo...

Hola Equipo Remar, espero que esten todos bien.

Aprovecho para decirles que el blog está muy chévere.

Les señalo un error que vendría cambiando el léxico del mensaje, en el cuarto párrafo

Pero también pudimos experimentar que Jesús, a pesar de nuestras indiferencias, a pesar de nuestra falta de compromiso, a pesar de nuestras debilidades, a pesar de… ¡¡AQUI[no]AQUI!! quiere como somos, nos perdona y nos anima a cambiar de vida.

Daniel Sanabria.
BUEN VIENTO Y BUENA MAR.