Durante los días 19 y 20 del mes de enero hemos realizado, en el Colegio H. Ildefonso Gutiérrez de Maracaibo, la experiencia Puerto Vida correspondiente a la 2ª Fase del Movimiento Remar. Entre 40 y 45 jóvenes (de los Colegios Chiquinquirá, Ildefonso, Puchi y San Pablo) nos reunimos para dar los primeros pasos en la consolidación de la Comunidad Remar.
Han sido dos días de conocer, profundizar y reflexionar sobre qué es la Comunidad Remar, qué exigencias y qué compromisos conlleva el pertenecer a este grupo.
Nuestro primer día comenzó con la presentación de los objetivos que se pretendían lograr en estos dos días de compartir; y seguidamente cada uno hizo una sencilla presentación de sí mismo para que fuésemos conociéndonos un poquito más los asistentes. Igualmente cada uno expresó cuáles eran las expectativas que tenía frente a este encuentro y nueva experiencia que presentaba en su vida.
Seguidamente compartimos un momento sencillo y sincero de oración acudiendo a la fuente de agua viva, “al manantial de agua fresca que cambia nuestras vidas, que alimenta nuestras almas, cura las heridas y nos da muy lindos días”. A ese Jesús que nos invita cada día a dar comienzo al caminar y a seguir en la búsqueda de lo que él quiere para nosotros.
En un segundo momento se reflexionó, con la ayuda de unos materiales facilitados, sobre las primeras comunidades cristianas (Jerusalén, Antioquía, Corinto y Roma) como modelos que pueden iluminar nuestro caminar en la búsqueda de formar una verdadera comunidad de seguidores de Jesús. Con la plenaria de lo reflexionado concluimos nuestro trabajo de la mañana.
La tarde comenzó con la presentación de lo que es (el deber ser) la COMUNIDAD REMAR. El hermano Ricky (al que aprovechamos para darle las gracias) nos iluminó desde lo que se reflexionó (a nivel latinoamericano) con motivo de los 25 años de Remar y el compromiso de refundación del Movimiento surgido de tales reflexiones.
Nuestro primer día de trabajo-reflexión concluyó con una celebración, preparada entre todos los asistentes, que contempló cinco momentos:
Motivación inicial y “gesto del lavatorio (servicio)”.
Escucha de la Palabra.
Entrega del símbolo de esta experiencia (las sandalias) y Compromiso común.
Comunión (gesto de paz, gesto del pan…).
Envío.
El segundo día se centró exclusivamente en el Proyecto Personal de Vida y en el Proyecto Comunitario. El hermano Javier (al que también agradecemos su dedicación y trabajo) nos explicó de una manera clara y sencilla qué son estos dos proyectos y cómo deben inter-relacionarse y recrearse mutuamente. Concluimos nuestra experiencia de Puerto Vida evaluando qué nos pareció y cómo nos sentimos durante la misma.
A todos/as, gracias por su compromiso, dedicación y ganas de seguir dando pasos en el compromiso y la llamada que Jesús no hace a seguirle.
Buen viento y buena mar.
Publicado por TXEMA ONDARRETA en 7:03 p. m.
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