EN EL CENTRO DE MI VIDA



El H. Sebas nos envía este poema de Mario Benedetti. Gracias.




En el centro de mi vida,
En el núcleo capital de mi vida,
Hay una fuente luminosa, un surtidor
Que alza convicciones de colores
Y es lindo contemplarlas y mirarlas.

En el centro de mi vida,
En el núcleo capital de mi vida,
La muerte queda lejos,
La calma tiene olor a lluvia,
La lluvia tiene olor a tierra.
Esto me lo contaron porque
Yo nunca estoy en el centro de mi VIDA.

(Mario Benedetti)

ALGUNOS APUNTES SOBRE ESPIRITUALIDAD MARISTA

(Tomado de "ESPIRITUALIDAD MARISTA Y PATRIMONIO", por Aureliano Brambila, fms. México Occidental).
¿Espiritualidad o ideología?
Entre las cosas bellas que se están dando en el hoy de la vida de nuestro Instituto se encuentra el deseo, en no pocos seglares, de vivir la espiritualidad que brota del carisma otorgado a Marcelino Champagnat por el Espíritu Santo.
En el afán que mostramos los Hermanos por dar a conocer esta espiritualidad al mayor número posible de gente, cosa del todo loable, podría deslizarse subrepticiamente una confusión de conceptos semejantes en apariencia, pero en realidad diametralmente opuestos: la espiritualidad y la ideología. Ciertamente, en el lenguaje ordinario usamos una expresión por la otra sin darle mayor importancia. Sin embargo, es conveniente que, a medida que se reflexiona con mayor hondura en el tema de la espiritualidad marista y de que el número de personas a quien se propone es más considerable, se vayan precisando las fronteras de estos conceptos. Esto ayudará a evitar procedimientos equívocos.

¿Qué entiendo por ideología?
Creo que es la justificación racional y sistemática del actuar característico de un grupo humano. Se usa para predeterminar la conducta que se quiere establecer. La ideología va del modelo de conducta preestablecida a la mentalidad y actitudes que aseguren la producción de dicha conducta. Fija cuidadosamente los modelos, esto es, los perfiles. Supone sometimiento al modelo establecido. Se trata de poner todo el mecanismo psíquico, individual y colectivo al servicio de la gestación de las actitudes conducentes a un determinado comportamiento. Echa mano del conductismo constantemente y con gran habilidad. Utiliza casi exhaustivamente y con excelencia los medios de comunicación social. Funciona como un factor de identidad y pervivencia grupal. Asumir la ideología respectiva es el "sine qua non" de la pertenencia y permanencia en el grupo.

¿Qué entiendo por espiritualidad?
Si hacemos una visualización desde el concepto de persona humana como un ser puesto en una red de relaciones que lo van construyendo a través de la comunión, podría decirse que hay espiritualidad cuando la relación con el trascendente es de tal naturaleza que logra configurar (modificar, cualificar, colorear) de una manera constante las demás relaciones constitutivas de la persona humana (mismidad, cosmos, alteridad).
Ese trascendente capaz de configurar la totalidad de quien se relaciona con él no es de naturaleza impersonal: un principio (verdad), o una virtud (solidaridad, compromiso...), o una mera idealización (autoproyección); sino personal: DIOS. Desde luego que no ese "Dios" de los filósofos, unipersonal, y por lo tanto, solitario, sino el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, trinidad de personas, esto es, familia, comunidad divina.
La espiritualidad va de las actitudes fundamentales a sus expresiones concretas. Su objeto de análisis son las actitudes cara a la totalidad. Procede de una cosmovisión. Nace de un esfuerzo de congruencia: "Si mi relación de comunión con Dios es de tal intensidad, ¿cuáles deben ser mis actitudes para con todo lo demás: los otros seres humanos, las cosas, yo mismo?" Adquiriendo adecuadas actitudes hacia toda la realidad desde Dios, la conducta personal irá tomando un sesgo nuevo y antiguo a la vez. La espiritualidad induce así nuevas conductas, con el mismo espíritu aunque diversas en la materialidad y modalidad concretas.
Desde la Encarnación, el encuentro con ese Dios trino está marcado por la mediación única de Jesucristo. Nace así la espiritualidad cristiana, cuya Carta Magna es el Evangelio.
¿Algunas notas de esa espiritualidad cristiana?
La espiritualidad cristiana brota de la contemplación y seguimiento de Cristo. Dada la riqueza de la figura de Jesús, no hay una sola espiritualidad cristiana, sino muchas. Lo importante es el seguimiento de Cristo, las maneras de hacerlo varían. Todas ellas son válidas. Y entre sí, complementarias, no rivales. Poseen las mismas notas fundamentales, aunque en proporciones e insistencias diversas: crística, evangélica, encarnada, pascual (liberadora), comunitaria, universal, mariana.
La espiritualidad marista es una especificidad, entre otras, de esa espiritualidad cristiana. Quien se decide por ella la puede vivir en diversos grados de compromiso, desde uno existencial totalitario, los votos, hasta otro de mera simpatía, pasando por toda una serie de puntos intermedios. La espiritualidad marista es pues una opción existencial. Una manera de vivir el cristianismo. Supone una moción del Espíritu Santo. Por lo tanto, es algo a proponer, no a imponer. Ha de ser tratada desde una pastoral vocacional: búsqueda y fomento de atracciones y resonancias.

¿Algunas notas de la espiritualidad marista?
Filial
Desde y con Cristo (de cara a Dios Padre, de cara a María): dimensión encarnatoria: pesebre, kénosis, concreción, trabajo manual, laboriosidad..; dimensión redentora: cruz, sacrificio, intercesión vicaria...; dimensión eucarística: altar, oblación, resurrección (esperanza, alegría, optimismo...)
Fraternal
En y por Cristo, desde María, comunidad de hermanos (espíritu de familia), la fraternidad universal, jóvenes...; en un Pueblo de hermanos (Iglesia)
Mariana
Fidelidad total y constante a la misión, congruencia, sencillez, humildad, discreción, gozo, Nazaret y Caná (solidaridad), José...
Apostólica
Esta nota es medular en la espiritualidad marista. Nos coloca de lleno entre las agrupaciones eclesiales con espiritualidad apostólica. Es la nota que configura toda la manera de ser y actuar de los Hermanos y sus Comunidades desde la misión. No sin razón el Capítulo General XIX elaboró un Documento con el título de "ESPIRITUALIDAD APOSTOLICA MARISTA".
La experiencia Montagne es el manantial puntual (histórico) y perenne (siempre renovable) de la espiritualidad apostólica marista. En cuanto puntual, fue la lectura trascendente de un caso concreto: El grito de auxilio del joven Juan Bautista Montagne, un 28 de octubre de 1816, en Les Palais: "¡Padre Marcelino, ayúdeme!"; tal interpelación viene interpretada por Champagnat como el grito angustioso de los niños y los jóvenes de todos los lugares y tiempos. Y Marcelino respondió a ese grito fundando a los Hermanos.
Vinimos pues a la existencia institucional con una intencionalidad muy precisa. Nuestra misión no fue pensada "a posteriori"; nacimos desde ella y para ella. Marcelino nos quiso testigos vivos de la presencia de Dios entre los niños y los jóvenes, orantes que dedicaran toda su oración por ellos, religiosos que estructuraran todo su vivir comunitario y personal desde la misión de evangelizadores a través de la educación.
Esta nota apostólica se refiere a ese "evangelizar educando" y tiene como destinatarios a los niños y jóvenes, con una pedagogía propia (presencia, amor, abnegación...), con una preferencia a marginalizados (misiones, pobres, desatendidos, niño gris...).
Laical
Esta nota de la espiritualidad marista es sustancial, no adjetival. Manifiesta la santidad original del propio ser cristiano desde los solos sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía). Representa la capacidad de desarrollo programático de la "pertenencia a Dios" mediante la interiorización y la vivencia del "tuyo soy" y "tú eres mío" pronunciados en la alianza bautismal.
¿No es el Hermano una especie de compañero de ruta de todo hombre, especialmente de los niños y los jóvenes, sin más "equipamiento" que su propia experiencia de Dios que desea fraternalmente compartir? Estructuralmente pertenece al mundo de lo común, de lo pequeño. Uno más de la grey o rebaño que atienden los Pastores. A veces marginalizado por una Iglesia tentada de clericalismo.

IMPORTANCIA DEL PATRIMONIO ESPIRITUAL MARISTA
El Espíritu Santo es el autor de la vida religiosa. Los fundadores han sido un lugar preferencial y original (aunque no originante) del carisma. Sin embargo, no siempre resulta evidente que se está partiendo suficientemente de ese aspecto neumático del carisma. O por lo menos, no parece que se le estén sacando todas sus consecuencias.
Básicamente hay que considerar a Marcelino como alguien puesto al servicio del Espíritu. Nos toca llevar la Obra de Marcelino más allá de sus propios sueños y realizaciones. Su Obra es más grande que él mismo, es un regalo del Espíritu Santo a su Iglesia, a la humanidad. Ciertamente que no toda acción de Marcelino constituye parte del carisma institucional, (p.e.: su sacerdocio ministerial). Es preciso que esas acciones hayan sido acompañadas de una cierta insistencia, de una cierta intención proselitista y modélica, de un entusiasmo peculiar.
El estudio del patrimonio va afirmando algunas actitudes básicas de Champagnat:
Que fue dócil a la acción del Espíritu. Marcelino se dio cuenta de la mirada amorosa con que Jesús envolvía a los niños y a los jóvenes. Y quiso historizarla mediante los Hermanos que fundó.
Que le resultaba particularmente subyugante la figura de Jesucristo que se compadecía de las miserias de los poquita cosa, de los afligidos, de los puestos de lado... Todas las líneas de fuerza en la vida de Marcelino tienden hacia un solo objetivo: la fundación de un Instituto que atienda a esos niños y jóvenes que las demás instituciones eclesiales no atienden.
Que la existencia de la escuela (a secas) no tranquilizó la conciencia de Marcelino. Se trataba de ofrecer la educación cristiana integral a los niños y a los jóvenes.
Que la mística impulsora era muy potente en los inicios. Hacía emprender cualquier empresa y soportar cualquier incomodidad, inclusive la muerte prematura. El ambiente que creaba era una invitación abierta a la santidad.
No se puede pues pretender reducir el estudio del carisma al estudio de la sola persona del Fundador. Los primeros discípulos de Marcelino son también portadores del carisma fundacional. Merecen nuestro estudio atento.
Imposible circunscribirse sólo al Fundador y su época. Hay que tener la visión del conjunto. El carisma es actuante, no simple historia acaecida. El Espíritu sigue haciendo maravillas. El estudio de la sana tradición, esto es, del patrimonio espiritual marista, es indispensable para poder comprendernos a nosotros mismos.
Una lectura simplista y acrítica de la Biblia produjo el Fundamentalismo, postura típicamente superficial: quedarse con la cáscara y tirar la fruta. ¿No nos pasará algo semejante en nuestras relecturas de los orígenes maristas cuando carecen de profundidad? A muchas cosas que se hacían "habitualmente" se les dio rango de "esencial". Es fácil confundir "lo habitual" con "lo esencial"; y "la tradición" con "las tradiciones"....
"Si conocieras el don de Dios..." El Espíritu regaló a la Iglesia la espiritualidad de nuestro Instituto. Tal don hay que conocerlo, guardarlo, profundizarlo, actualizarlo y compartirlo.
El Espíritu Santo no nos ha dejado solos. Debemos y podemos seguir respondiendo desde nuestra espiritualidad marista al mundo y a la Iglesia de hoy. Hemos de creer en la fuerza del poder de Dios. Se habla de "refundación": volver al entusiasmo y la audacia del inicio. No se trata de copiar a Champagnat, sino de traducirlo. Hay que adquirir las actitudes fundacionales de Marcelino y su grupo inicial. Pero ¿cómo hacer una buena traducción si ignoramos el original? El estudio de lo original es vital. ¿Y cómo traducir válidamente si ignoramos el idioma de hoy? La solidaridad y la inserción son igualmente vitales. Imposible, pues, "refundar" el Instituto sin hombres con espiritualidad marista. Para proseguir con el carisma de Marcelino hay que ser como Marcelino. "Tú serás Champagnat hoy", sí, a condición de que conozcas y vivas su espiritualidad.

CALENDARIO FEBRERO 2008

CALENDARIO DE PASTORAL INFANTIL Y JUVENIL - FEBRERO 2008

09-11 ENCUENTRO DE COMISIONES PROVINCIALES (Colombia).
13-24 Visita Colegio Champagnat (Txema)
15-17 ACAMPADA INICIAL SAN JOSÉ.
23-24 CEMPAJ (Centro-Caracas): El acompañamiento en Remar.
27 (Feb)-02 (Marzo) Visita Colegio Juan XXIII (Txema)

EQUIPOS REMAR

EQUIPOS REMAR EN LA HISTORIA

Para recordar un poco...

1978 H. Carlos Ampudia, H. Alberto Arrieta
1979 H. Carlos Ampudia, H. José Luis Campo (Campeto)
1980 H. Carlos Ampudia, H. Juan Enrique Hernando
1981 H. Diego Antón, H. Lorenzo Fiscarelli, Pedro Guzmán y Javier Butirago (año de servicio)
1982 H. Diego Antón, H. Lorenzo Fiscarelli, H. Alberto Arrieta, Paolo Adamo (año de servicio)
1984 H. Alberto Arrieta, H. José Ignacio Rodríguez (Iñaki)
1985 H. Francisco Javier Espinosa (Patxi), H. Javier Llorente
1986 H. Francisco Javier Espinosa (Patxi), H. Diego Antón
1987 H. Francisco Javier Espinosa (Patxi), H. Horacio Mena, H. Oscar Enríquez
1989 H. Gregory Meza, H. Gerardo Relloso
1991 H. Gregory Meza, H. José Miguel Caballero
1992 H. José Miguel Caballero, H. Francisco Javier Llamas, Alexánder Villalobos YGustavo González (año de servicio)
1994 H. Francisco Javier Llamas, H. José Ignacio Antolín (Nacho)
1995 H. Luis Pérez, H. Gerardo Cárdenas
1996 H. Gerardo Cárdenas, H. Andrés González
1997 H. Andrés González, H. Ricardo Gómez (Ricky)
1999 H. Ricardo Gómez (Ricky), H. Javier Serna, Alexánder Villalobos
2000 H. Ricardo Gómez (Ricky), H. Paolo Adamo, Alexánder Villalobos, Mª Gabriela Santaniello
2001 H. Ricardo Gómez (Ricky), H. Gustavo Delgado, Eduardo Dos Ramos
2005 H. José Mª Ondarreta (Txema), H. José Luis Sebastián (Sebas)
2006 H. José Mª Ondarreta (Txema), Guillermo Comes, Luisángela Rodríguez

PUERTO VIDA – Maracaibo, 19 y 20 de Enero de 2008


Durante los días 19 y 20 del mes de enero hemos realizado, en el Colegio H. Ildefonso Gutiérrez de Maracaibo, la experiencia Puerto Vida correspondiente a la 2ª Fase del Movimiento Remar. Entre 40 y 45 jóvenes (de los Colegios Chiquinquirá, Ildefonso, Puchi y San Pablo) nos reunimos para dar los primeros pasos en la consolidación de la Comunidad Remar.

Han sido dos días de conocer, profundizar y reflexionar sobre qué es la Comunidad Remar, qué exigencias y qué compromisos conlleva el pertenecer a este grupo.

Nuestro primer día comenzó con la presentación de los objetivos que se pretendían lograr en estos dos días de compartir; y seguidamente cada uno hizo una sencilla presentación de sí mismo para que fuésemos conociéndonos un poquito más los asistentes. Igualmente cada uno expresó cuáles eran las expectativas que tenía frente a este encuentro y nueva experiencia que presentaba en su vida.

Seguidamente compartimos un momento sencillo y sincero de oración acudiendo a la fuente de agua viva, “al manantial de agua fresca que cambia nuestras vidas, que alimenta nuestras almas, cura las heridas y nos da muy lindos días”. A ese Jesús que nos invita cada día a dar comienzo al caminar y a seguir en la búsqueda de lo que él quiere para nosotros.

En un segundo momento se reflexionó, con la ayuda de unos materiales facilitados, sobre las primeras comunidades cristianas (Jerusalén, Antioquía, Corinto y Roma) como modelos que pueden iluminar nuestro caminar en la búsqueda de formar una verdadera comunidad de seguidores de Jesús. Con la plenaria de lo reflexionado concluimos nuestro trabajo de la mañana.

La tarde comenzó con la presentación de lo que es (el deber ser) la COMUNIDAD REMAR. El hermano Ricky (al que aprovechamos para darle las gracias) nos iluminó desde lo que se reflexionó (a nivel latinoamericano) con motivo de los 25 años de Remar y el compromiso de refundación del Movimiento surgido de tales reflexiones.

Nuestro primer día de trabajo-reflexión concluyó con una celebración, preparada entre todos los asistentes, que contempló cinco momentos:
Motivación inicial y “gesto del lavatorio (servicio)”.
Escucha de la Palabra.
Entrega del símbolo de esta experiencia (las sandalias) y Compromiso común.
Comunión (gesto de paz, gesto del pan…).
Envío.

El segundo día se centró exclusivamente en el Proyecto Personal de Vida y en el Proyecto Comunitario. El hermano Javier (al que también agradecemos su dedicación y trabajo) nos explicó de una manera clara y sencilla qué son estos dos proyectos y cómo deben inter-relacionarse y recrearse mutuamente. Concluimos nuestra experiencia de Puerto Vida evaluando qué nos pareció y cómo nos sentimos durante la misma.

A todos/as, gracias por su compromiso, dedicación y ganas de seguir dando pasos en el compromiso y la llamada que Jesús no hace a seguirle.

Buen viento y buena mar.


FESTIVAL MARISTA 2008



18, 19 y 20 DE ABRIL

“Marista con espíritu: fuente de vida”


Marista con espíritu: fuente de vida.
Marista. En singular. Marista eres tú. Herencia de Marcelino. El lema es contigo. Marista eres tú: hermano, docente, joven, niño, niña, adulto, hombre, mujer. Todo quien sienta en su vida la tradición de Marcelino.

Marista con espíritu.
Con vida. Con sueños y horizontes. Con pasos firmes. Con manos. Espíritu es el hondón de lo humano. Espíritu de estos tiempos. Fuego en el corazón. Pasión por la vida.
Es posible ser marista de nombre, de etiqueta. Es posible ser Hermano así también. O docente de tal Colegio Marista. Pura pinta. Pura exterioridad. Marista con espíritu es serlo de corazón, con pasión.
“La pasión por la realidad es un rasgo propio de la espiritualidad latinoamericana. Poner los pies en el suelo. Venir a lo práctico. Llegar a la transformación…
El espíritu no es otra vida, sino lo mejor de la vida, lo que hace ser lo que es, dándole claridad y vigor, sosteniéndola e impulsándola.” (Casaldáliga-Vigil)
“Todo se reduce a gustar de la vida y a saberla vivir. Y hay una sola manera de vivirla feliz: consiste en tener espíritu apasionado, en vivirla con pasión. Se trata de encontrarle tal gusto al vivir que ninguna manifestación de la vida nos resulte indiferente. Presencié un Carnaval Carioca: Había un grupo de negros bailando samba y entre ellos una negra joven que bailaba mejor que los demás. Los movimientos eran los mismos, la misma habilidad, la misma sensualidad, pero ella era mejor. Tal vez porque los demás hacían aquello un poco mecánicamente, como de memoria, mirando a la gente que los rodeaba o a los carros que pasaban. Ella, no. Bailaba con religión. No miraba hacia ningún lado. Vivía la danza. Y era sublime…
A pesar de todo el escepticismo de nuestro tiempo, de todo el pesimismo de esta nueva era sin utopías, sé tonto, sé ingenuo, pero cree realmente que la vida es hermosa. Lo propio de la juventud es creer: en la vida, en la gente, en el futuro... y muchos jóvenes no creen. ¿No les falta a cientos de ellos verdadero amor a la vida? Toda nuestra obra será transitoria y caduca, pero ¿qué importa? Lo importante no es perdurar, sino vivir: tener el valor suficiente para ser uno mismo.” (M. de Andrade, adaptación).
Hay algo más. Para nosotros, maristas, Espíritu es el de Jesús. Espíritu, el de Champagnat. Espíritu, el de La Valla. El de los orígenes, recreado en la historia.
Nuestro espíritu está dispuesto a vivir lo que Jesús y Marcelino vivieron. Escucha de Dios, discernimiento orante, solidaridad, amor compasivo, ternura, inclusividad, cercanía a los pobres, alegría, apertura al otro/a, esperanza…
“El Espíritu lo llevó al desierto… El Espíritu Santo descendió sobre él… El Espíritu del Señor está sobre mí… para anunciar la buena noticia a los pobres…” (Lc 3-4)

Fuente de vida.
Sólo siendo maristas con espíritu podemos ser fuente de vida para otros. Sólo lo vivido se propaga. Los discursos sin vida mueren. Es el reto que tenemos. El de ser nuevas fuentes, nuevos manantiales. Pozos donde surjan las aguas originales de nuestros maestros.
Pozo. Fuente. Manantial. Lugar de donde brota. Roca. Profundidad de la tierra. Agua viva. El documento del Instituto sobre espiritualidad, de publicación reciente, se abre con la invitación evangélica:
“Todo el que tenga sed que beba. Nos convertimos en ríos de agua viva.”

Desde nuestro deseo de ser fuentes de agua viva, pedimos a Jesús:

Sé tú, Jesús, el agua que reviva
nuestra tierra reseca, nuestros cuerpos cansados;
el agua que reviente / nuestras viejas cisternas:
que las haga innecesarias.
Agua abundante
que corra libre,
fecundando.

Danos ser / ungüento y vino.
Ungüento del perdón
que sane las heridas;
vino de fiesta / gratuito, / desbordado.
Como ungüento que baja por la barba
-danos ser-,
que refresca y perfuma;
o rocío sobre el monte,
que humedece y vitaliza (Sal 133).

Como vino de alianza,
que alegra a los novios
y sella el compromiso / en alegría (Jn 2).

Como fuego que abrase
-danos ser-,
que abrase y consuma,
y el viento de tu Espíritu
haga indetenible.


Ojalá que la preparación y realización del Festival Marista 2008, favorezca el desarrollo de una espiritualidad marista apasionada que gane a muchos a favor de la vida, de la paz, de la alegría.
Que María, la Madre de la Vida, acompañe e impulse nuestros sueños.
(H. Tomás Martínez)